lunes, 11 de agosto de 2014

Diálogos de un Conde IV

Diálogos de un Conde IV

Contemporáneos

Últimamente hablar de la edad que tienen mis amigos y amigas me pone melancólico. Hoy por la mañana le pregunté la edad a la señorita que atiende la tienda de la esquina, 17 años fue su respuesta,  cuestión que me hizo recordar el dialogo que sostiene Alicia  con el Conejo Blanco en “Alicia en el país de las maravillas”:

Alicia:-¿Cuánto dura la eternidad?
Conejo Blanco: -A veces, solo un segundo.

A propósito de esto, es curioso observar cómo unas etapas de mi vida se han ido perdiendo en el tiempo sin que me diera cuenta. De ser un adolescente rebelde y rezongón pasé a ser un joven adulto rebelde y sin dinero. ¿En qué momento sucedió esto?, no lo sé, pero lo que he observado es que con el cambió que he sufrido también se han modificado ciertas prácticas, ciertos lugares, ciertos gustos y ciertos amigos.

Y justo de esas ciertas prácticas que se han modificado quiero hablar hoy en este espacio. El fin de semana decidí salir con mis amigos a tomar unas aguas frescas. Como casi siempre y por comodidad, decidimos ir a un zona céntrica, y qué mejor zona que el lugar donde se reúnen los jóvenes “intelectuales”, la clase media “pensante”, los filósofos de la ciudad (no diré el lugar exactamente ya que no quiero hacer publicidad de a gratis).

Total que al llegar a aquel lugar nos encontramos con precios caros y lugares llenos. Después de deambular un rato, decidí sugerir un pequeño bar que se encuentra a unas calles de ahí. Este espacio recreativo al cual fuimos a parar tiene como publico cautivo a personas que podríamos catalogar como poco jóvenes, bueno,  por lo menos en apariencia ya no lo son tanto; sin embargo, en actitud son otra cosa, lo que me recuerda una frase de Armando Palomas “… El corazón no se arruga, el culo es el que envejece”.

Pues bien, en este lugar en el cual éramos extraños, el tiempo parecía pasar de una manera distinta, el resonar de la rocola se intercalaba con la orquesta bien afinada del lugar.  Los hombres y mujeres bailaban al son que les tocaran, las bebidas se evaporaban rápido y la noche nos empezaba a poseer.
En aquel lugar, se hacen buenos amigos, se ríe y se baila, se encuentra uno con personajes simpáticos, curiosos, extravagantes, como nuestro nuevo amigo el “Asambleísta”. Las mujeres de cabellos blancos te invitan a bailar y  nosotros de por sí torpes, apenas les podemos seguir el paso ¿quién será el viejo y quién el joven?

Los amigos que ahí encontramos seguro entienden la vida de manera distinta a nosotros. No parecen estar discutiendo los temas de importancia nacional, no intentan resolver preguntas existencialistas, ni discutir el concepto de belleza en Botero. Al parecer, lo que en ese lugar sucede es una cosa muy sencilla, en ese lugar las personas disfrutan de la compañía de sus amigos, beben y bailan,  en ese lugar lo que sucede es la vida misma.

Nos contagiamos de la buena vibra de aquel lugar, salimos contentos y con una promesa, la promesa de regresar algún día. Los tiempos parecen haber cambiado un poco y eso nos ha permitido conocer nuevas personas, nuevas experiencias, nuevas maneras de concebir el mundo. Espero seguir cambiando constantemente, espero disfrutar de estos nuevos lugares y hacer  muchas más amistades, espero seguir recorriendo nuevos horizontes en la compañía de mis buenos amigos.  

¡Salud!

Nos leemos la siguiente semana.

Pd. Mención específica merece la chica de la mesa de enfrente... a la cual no pudimos sacar a bailar.


Alejandro Hernández 

jueves, 7 de agosto de 2014

Viejo y Acabado

VIEJO Y ACABADO

Sí, una vez más hablaré de futbol, me vale lo que los demás Borbotones opinen o lo que ustedes mismos piensen, mis queridos borbocuates (si hay sopicuates, ¿por qué no borbocuates?). Pero bueno, mi reflexión del día de hoy va encaminada a todos esos jugadores que nosotros creemos viejos y acabados, pero nos sorprenden jugando minutos en un mundial (Faryd Mondragón, 43 años), regresando a la primera división en México (Cuauhtémoc Blanco, 41 años) o fichando por un equipo de la Serie A (Rafa Márquez, 35 años).

Todos esos jugadores que generan (como muchas cosas en esta vida) opiniones encontradas. Por un lado, los aficionados que consideran que le están robando un lugar a un chavo o bien los que piensan que en verdad aman lo que hacen, creo que esas dos posturas son igual de válidas. A continuación, intentaré posicionar a dos jugadores en esos dos rubros.

Leandro Augusto (Pumas, 36 Años)

Aún recuerdo ese Clausura 2004 donde Pumas se coronó campeón en CU ante las Chivas. Esos Pumas estaban comandados por Ailton Da Silva, Bruno Marioni, Francisco (El petardo) Fonseca y Leandro Augusto. Éste último era el comandante en media cancha, quien recuperaba balones para después iniciar el ataque de los Pumas; un jugador consolidado después de jugar con el León en Primera División. Después del Bicampeonato en 2004, permanece en Pumas hasta el 2011 con los altibajos propios de su edad, pasa a los Xolos de Tijuana en 2011 con muy pocas apariciones, en 2013 juega apenas una temporada en Puebla y actualmente le roba un lugar de suplente a un chavo con los Pumas.

Fue un jugador que cumplía en su posición, aunque no hacía cosas extraordinarias, pero actualmente está de más decir que le está robando un lugar a un chavo en esa posición en los pumas, ¿en qué me baso? Simple, el último juego de Pumas vs Toluca, entró como titular debido a la expulsión de Cabrera el partido anterior y sólo porque Romagnoli se parte el alma en la media cancha Pumas sólo perdió por un gol.

Francesco Totti (Roma, 36 Años)

Debuta en la Serie A el 28 de marzo de 1993 con la Roma y desde ahí no se le ha visto relacionado con ningún otro equipo. De hecho, su carrera con este equipo la inicio en las fuerzas inferiores en 1989. Un jugador al que no le pesa la edad para hacer cualquier tipo de golazos y tampoco para ser el gran Capitano de la Roma, un jugador de mucha garra y que en verdad se ve que ama lo que hace.

“Totti es uno de los pocos grandes jugadores que se han opuesto a la comercialización inmoderada del futbol. Su decisión de declararse intransferible y de jugar sólo para la escuadra de su ciudad natal, Roma, es una excepcional muestra de lealtad en un ámbito de mercenarios globalizados”
Villoro, Juan

Esperemos seguir viendo a semejante crack derrochando talento por un par de años más, aunque ahora que ya llegó Rafa Márquez por aquellas tierras la tendrá más difícil.

*LOS AMANTES AL DINERO*

Para las dos posturas que mencioné líneas arriba, existe una tercera que a mí parecer engloba a las dos: “El amor al dinero”, una tercera opinión donde creo que se encuentran todos los viejos, desde Totti hasta Leandro, pasando por Blanco y Márquez.

Y es que para seguir jugando a la edad de 41 años como lo hace el “Cuau”, además de que es uno de los jugadores mexicanos que en verdad aman el futbol, debe de existir una oferta económica que atienda a sus necesidades en ese momento[1]. De igual forma para seguir jugando a una edad madura, todos esos jugadores están conscientes  (y si no deberían de estarlo) que le están quitando la oportunidad a un chavo que venga empujando en las divisiones inferiores de algún club, pero al fin y al cabo todos esos Viejos y Acabados lo hacen por dos amores: El futbol y el dinero.




[1] Hay que aclarar que en el caso del “Cuau” hay dos cosas que le encantan: Las damiselas bien proporcionadas y el dinero (hace de muchas cosas a cambio de dinero: Novelas, soportar a la granja de Televisa Deportes, escribe en el Universal, es restaurantero…)

lunes, 4 de agosto de 2014

Diálogos de un Conde III

Hoy antes de iniciar con el análisis de esta semana quiero hacer un profundo reconocimiento al Consejo Editorial del Blog Borbotón, que tuvo a bien reunirse el pasado fin de semana para meditar y celebrar las más de mil visitas que ustedes nos han regalado, ¡gracias! Quiero recalcar que en esa reunión se discutieron temas relevantes para esta editorial,  tales como la libertad de pensamiento y los buenos comentarios que hemos recibido por parte de ustedes, lo cual nos dejó muy contentos e inspirados para seguir trabajando día con día para llevarles más y mejores reflexiones.  

En esa misma reunión se festejó el cumpleaños de nuestro Editor en Jefe el C. Christian López, mejor conocido como “Cehache” y por ello quiero hacer aquí una mención específica para mi amigo por sus ya 24 años, que espero sean mucho más. #ElBlogBorbotónSigue 

#LaMuerteChiquita

Después de una semana de descanso, era necesario regresar con un tema interesante, por eso hoy les voy a hablar de un tema tabú para la mayor parte de la sociedad mexicana: “la muerte chiquita”.  La “muerte chiquita” o en una expresión más técnica, el orgasmo, viene siempre acompañado de muchos mitos y preocupaciones. La continua censura al placer que nuestra sociedad hace por todos lados evita que se hable de manera natural de uno de los temas más importantes de nuestra naturaleza como humanos, la sexualidad.

Uno de los grandes problemas que  viven hoy en día los seres humanos[1] es la insatisfacción sexual que padecen con su pareja o sus parejas (dependiendo del estilo de vida de cada quien). Un estudio realizado por la Universidad de Colima con parejas heterosexuales casadas[2],  muestra que del total de personas entrevistadas “un 49 por ciento dicen estar satisfechos con sus relaciones sexuales de pareja  (46%  mujeres y 52% de los hombres)”, lo cual nos deja un restante 51 por ciento que se encuentran poco satisfechas o muy insatisfechas con sus relaciones sexuales de pareja.  

Pequeño problema el antes expuesto, pues la mitad de nuestra población sexualmente activa tiene bastantes problemas con su vida sexual. Lo cual muchas veces se refleja en la  vida laboral, social y familiar de los individuos.

Si tomamos como válida la idea Freudiana sobre la importancia de la  sexualidad en la vida de los seres humanos para tomar decisiones, podemos observar la importancia que tiene en el mundo una buena vida sexual. Lo cual nos lleva a entrar en el tema importante de este escrito, “la muerte chiquita”.

Si mis datos no me fallan (que casi nunca lo hacen) la muerte chiquita tiene como origen del concepto las lejanas tierras de Europa, específicamente el país galo.  Y tiene que ver con la sensación que se tiene después de un orgasmo. No importando la preferencia sexual de la persona, el orgasmo lleva  al individuo a liberar una cantidad impresionante de energía, que lo deja en un estado momentáneo de transe, donde el tiempo se detiene,  los problemas se olvidad, el universo se rinde ante nuestros pies y todo en unos segundos.

La “pequeña muerte” como también la llama paz en “La llama doble”, lleva a las personas a buscarla constantemente, casi como una adicción, no por nada la “industria romántica” vende miles de osos de peluche al año, los chocolates y las flores en febrero suben su demanda y los moteles y sex-shop son un negocio que difícilmente perderán adeptos.

Los bares y menormente las cantinas están llenos de personas de igual o distinto sexo buscando una pareja ocasional o formal que les permita acercarse a tan esplendido placer. Otros más prácticos, buscan  satisfacer la necesidad de esta muerte en las pantallas de su computadora o celular. Ambos estilos son validos en la  búsqueda del mismo objetivo.

En una ocasión, a propósito del tema, un amigo me comentaba sobre todo lo que hacemos los hombres (me refiero al cortejo) para lograr un placer que a veces solo duraba cinco segundos.  Lo cual me lleva a la idea de que la “muerte chiquita”  es también un ritual y que en ocasiones se debe pasar por este para lograrla. La “muerte chiquita” conlleva una serie de significados de todo tipo que la hace ser algo más que un simple momento de placer. Como ya lo comentaba algunas personas ven a esta muerte, como algo espiritual, como un contacto con un su ser supremo e incluso es una forma muy sana de acercarse a ellos mismos. La virtud y defecto  de esta “muerte”, como su nombre lo dice, es que es “chiquita”, lo cual implica, que uno tiene que regresar de ella aunque no quiera.

La “muerte chiquita” se puede mirar desde distintos ángulos,  desde diferentes posturas ideológicas, incluso desde posturas económicas o políticas, solo falta ponerle el tipo de lupa que se desee, pero lo realmente importante es: ¿cómo viven ustedes amigos y amigas lectores esta “pequeña muerte”? ¿Están satisfechos con sus relaciones sexuales? ¿Qué será necesario hacer para acceder a un mejor placer? Los dejo por hoy no sin antes desearles una excelente “muerte”.


…Y así tal vez en tus brazos 
Alcanzaré gracia plena 
(Café Tacuba)


Alejandro Hernández, "Conde".


[1] Lo cual no implica que antes no se viviera esa insatisfacción sexual
[2] Mayor información http://www.redalyc.org/pdf/316/31618563004.pdf

viernes, 1 de agosto de 2014

Depresión Precumpleaños.

Hay dos cosas que me causan una profunda melancolía, acedía que invade el alma: una son los relojes con segundero y la otra el programa “Cosmos” de NatGeo (sí, el mismo que conduce el protagonista del meme “Ay sí, ay sí”). El reloj con segundero es una terrible forma de tortura diseñada para demostrarnos lo efímero y relativo del tiempo y por ende de nuestra existencia. Es violento ver cómo se consume un minuto poco a poco, pero más violento saber que un pedacito de vida se consume al mismo tiempo #NoSomosNada

Por otro lado, el programa “Cosmos” nos describe, mediante una forma divertida y más o menos sencilla (y hasta chorchera), las cosas que hay en el Universo y lo poco que conocemos de él. Comparados con las galaxias, los planetas, las estrellas, la vida que hay más allá de nuestra atmósfera (sí, hay vida allá afuera), todo lo que nos falta por descubrir, nuestra presencia en la historia del Universo se reduce a un ligero pestañeo... nuevamente, #NoSomosNada

Pero lo peor de todo es cuando ambas cosas se juntan a escasos 3 días de cumplir 24 años. Soy un tipo que tiende al drama, pero tampoco soy masoquista. Apagué la tele, le quité las pilas al reloj de la pared, me fumé un “lucky” y dejé que me llevara la tristeza. Recordé mis años en la escuela, los veranos jugando futbol con mis amigos en la infancia, también a los que ya se fueron, todo como si hubiera sido ayer, y sin embargo ha pasado tanto tiempo. ¿Estoy viejo? No, soy joven, pero un joven en crisis.

No obstante, estos casi 24 años han estado llenos de cosas maravillosas. Vivo la vida como viene y trato de no cuestionarla. Disfruto lo que tengo en el momento en que lo tengo. Como diría José José: Amo y me aman. Cuando mi cigarro casi se consumía, vi la inscripción impresa en el papel arroz cerca de la colilla: “Lucky”. En ese instante me di cuenta de que, efectivamente, soy un afortunado. He bebido y vivido bien ¿Un cigarro me salvó? No, probablemente me haga mucho daño. Pero lo que sí es que me reveló un pequeño secreto.

Ya lo dijo un señor medio hippie de pelo largo hace unos dos mil años: Polvo somos y en polvo nos convertiremos. Pero mientras eso pasa, hay que disfrutar y celebrar la vida.

Christian López.

jueves, 31 de julio de 2014

Entre lo Caro y lo Costoso

La entrada del día de hoy es una continuación de la recomendación culinaria de la semana pasada; esta vez me gustaría hablar sobre la diferencia entre lo caro y lo costoso de la diversión.Siempre que uno visita un lugar de comida, un bonito lugar de convivencia (table dance, cabaret, bar, cantina, antro, etc.) es recurrente la pregunta ¿Cuánto me voy a gastar? Sin duda, los poblanos pretenciosos pensarán que todo gira en torno a la definición más pinche de la economía, “la administración de los recursos escasos”.

La pregunta tiene lugar cuando los cientos de miles de Godínez quieren disfrutar la vida y la comida en un fin de quincena[1], esas semanas dónde las bolsas del pantalón no resisten una entrada más de mano, esos días en los que las caras grises y viendo al suelo son intolerables de ver para personas como yo.

Un servidor forma parte de la cúpula que les arrebató el poder a los morenos[2], nosotros somos el motor industrial del país, los acaudalados hombres de negocios y por esta razón no tenemos problema con las temporalidades y cualquier día es bueno para comer carne Wagyu[3]

No obstante que mi realidad sea distinta a la que tiene gran parte de los lectores de este blog no significa que no tenga un sentimiento de misericordia (lástima) por ustedes y los voy a instruir para sacar el mayor jugo a su presupuesto. Mis recomendaciones son las siguientes.

Conocer el presupuesto

Sin duda, el primer paso para aprender a disfrutarla vida es conocer el propio presupuesto. Muchas veces la necesidad del Godínez por liberarse de las ataduras de la oficina[4] lo llevan buscar alternativas para comer. Cambiar de rutina es necesario, pero mi recomendación para este caso es siempre saber cuánto dinero se carga en la bolsa y sobre todo siempre revisar la carta del lugar antes de entrar. Este paso puede ser bastante vergonzoso, para algunos, pero es peor ver venir la moto de los cobradores de Banco Azteca… ¡aguas!

Medir el costo beneficio

Una vez superado el tema del presupuesto el siguiente paso es darle mayor valor al dinero, este paso sólo se logra con experiencia y conocimiento, las primeras veces podrán cometer errores y pagar chelas de 80 pesos hasta descubrir que para emborracharse es más efectivo un tequila de 80 y tiene más efecto. Un error cometido frecuentemente es caer en la mercadotecnia de la ola “hípster” e intentar consumir comida “casual” con un giro gourmet: ejemplo de esto son los food trucks que reniegan de la comida callejera y llevan las hamburguesas a niveles de comida internacional. El costo de estos experimentos suele ser muy alto. 

          Servicio mata comida

Aunado a la comida, podemos encontrar otros elementos a considerar como el servicio. No hay nada que arruine más una comida que un servicio deficiente, meseros distraídos, larga espera de los platillos, bebidas tibias y un largo etc. Un mal servicio puede convertir un gran corte de carne en suadero. Esto no quiere decir que el trato para los meseros (argentinos-mexicanos-europeos) debe de ser déspota, el plato no viene del cielo, así que tengan cuidado o pueden encontrar protagonistas de tukol d en su sopa.

Ladrillos vemos costos no sabemos

Otro elemento a considerar es la infraestructura. Cuando uno evalúe un lugar tiene que considerar lo confortable que este sea. Debe existir suficiente espacio entre mesas, que los baños tenga buenas condiciones de higiene, que la mantelería esté blanca, los cubierto limpios, etc.

Es una realidad que una comida buena puede contrarrestar las malas condiciones de un lugar, pero no olviden que el costo se debe de reflejar en las condiciones del lugar. Existe últimamente la moda/necesidad/necedad (en las zonas de explosión restaurantera) de convertir casonas en restaurantes. Esto es sin duda un riesgo muy grande, muchas de las adaptaciones son desastrosas si nos toca la mesa del último cuarto, los meseros ahí no llegan. Y sin olvidar que muchas de estas casas se encuentran en la zona sismológica más vulnerable. Recuerden que esa puede ser su última comida.

Espacio vital.

El espacio de los centros de convivencia tiene relación directa con la naturaleza del mismo. Nunca esperen tener espacio vital en un antro (por eso los odio). En ese tipo de lugares, tareas sencillas como ir al baño se pueden convertir en verdaderas odiseas. Les recomiendo saber en que “mood” se encuentran para que identifiquen sus opciones. En lo personal soy muy antisocial y valoro mucho un buen espacio entre personas, por eso prefiero cantinas amables en las que se pueda disfrutar un buen X.O, un Whisky 24 años etc.

Si ustedes gozan la adrenalina y burlarse de la muerte en su cara hay lugares que ofrecen eso, casas semi destruidas y bares de 4 pisos que sin duda ponen en a prueba las pulsiones de sobrevivencia de cualquiera.

Recomendaciones Finales

Aunque las recomendaciones dan para mucho más, pienso que éstas son fundamentales para distinguir un lugar caro de un lugar costoso. Nunca se olviden que ustedes deben procurar el valor de su dinero. Eviten por favor tener amigos “garra”, aquellos que nunca llevan dinero y buscan un mecenas de la comida y el vino; estos seres evitan que ustedes se hagan ricos. Eviten, en la medida de lo posible, la valentía de sacar la tarjeta e invitar rondas, shots y pomos, eso sin duda es un balazo en el pie. Recuerden que el dinero que hoy regalan mañana necesitarán.

Finalmente recuerden que siempre habrá una nueva quincena para gastar.

Los quiere, Gibusiness.


[1] Para los que no entiendan la quincena es el pago a empleados, en algunas empresas se considera que un mes se divide en dos quincenas; La primera quincena dura desde el día 1 hasta el 15, y la segunda dura desde el día 16 hasta el último día del mes. Esto significa que habrá quincenas de entre 13 y 16 día. La preocupación del oficinista son los días 13, 14, 28,y 29 de casa mes-
[2] Veáse Camarilla: “Conjunto de personas que influyen extraoficialmente en las decisiones de alguna autoridad superior o personaje importante; grupo de personas que acaparan un asunto sin dejar participar a los demás interesados en él”
[3] Para los nacos el Wagyu (和牛 wagyū?) es, simplemente, "vaca japonesa". Su carne es muy apreciada por sus características de sabor, terneza y jugosidad, siendo utilizada para la preparación de platos "gourmet" de alto costo. Los cortes de wagyu se identifican por su intenso marmoleado, es decir, la infiltración de grasa en las fibras musculares, lo que entrega sus particulares atributos de sabor cuando es cocinada. Los costos de un corte de estas características supera los mil quinientos pesos, o en términos para del pueblo 150 kilos de tortilla.
[4] En días de quincenas su nivel de empoderamiento es tal que puede cometer locuras y pagar caro las consecuencias, literalmente.

miércoles, 30 de julio de 2014

Los Bandidos del Campo Verde

Dentro de mis múltiples lecturas Godínez (Proceso, La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, El Deforma, Tv Notas, entre otros) hace un par de meses aproximadamente checaba en la Revista Nexos (de corte izquierdoso para algunos, pero entretenida para muchos otros) un artículo que titulaban “Numeralia  del fútbol mexicano”, en el cual daban datos interesantes como que de acuerdo a la FIFA, en México existen 8’479,595 personas que practican futbol, el jugador extranjero mejor pagado en el país es el Chupete Suazo (3mdd al año, según Forbes) y el mexicano mejor pagado es El “Hermoso” Peralta (2.5 mdd al año). Cabe aclarar que el que sean los mejor pagados no quiere decir que sean los mejores del fútbol mexicano, pero ese es otro tema.

Otras cifras que llamaron aún más mi atención, fueron las de una parte fundamental en cualquier partido de fútbol (amateur o de alguna liga reconocida por la FIFA): LOS ARBITROS, esos seres siniestros que para hacer gala de su maldad, normalmente visten de negro. Han querido atenuar su imagen vistiendo de otros colores, pero sólo ayudan al aficionado para su pronta identificación y así se le pueda mentar la madre a todo pulmón a un mismo punto a la vez. Volvamos a las cifras, según la FIFA existen 85,579 árbitros en el país, los árbitros centrales obtienen un sueldo de 20 mil pesos por partido sin multa (las cuales varían de acuerdo al error cometido), para un abanderado el sueldo es de 10 mil pesos sin multa (en este punto quiero hacer notar algo, ¿cómo es posible que el abanderado, que juzga las acciones de un juego en el que no participa, siempre está afuera del campo?), nada comparable con el sueldo promedio del futbolista mexicano que es de 17, 500 dls al mes y mucho menos comparable con los sueldos de los mejores pagados.

Ahora bien, todas esas cifras tienen poca importancia, pero me llevan a diversas reflexiones como: ¿Qué pasó por la cabeza de esas 85,579 personas, para ser distintas a los 8’479,595?, ¿Por qué los árbitros cobran mucho menos que un jugador, cuando a mí parecer son más importantes que los jugadores mismos?, ¿Quién es más aficionado, un jugador que cambia de playera dependiendo de los ceros en la cuenta, o un árbitro que cada fin de semana está dispuesto a recibir insultos y hasta sanciones económicas?

Creo que todas esas preguntas se pueden contestar de forma sencilla o compleja, según se vea y se entienda el fútbol, para mí y mi incomprendida visión del fútbol (en mis siguientes entradas abordaré ese tema) nunca tendrán respuesta, dado que los árbitros vivirán y morirán como los seres más obscuros y enigmáticos de este hermoso deporte, aquellos seres que serán más recordados por sus errores y cuestiones extra-cancha que por sus aciertos[1], pero con todo lo odiados que pueden llegar a ser estos seres, son de vital importancia para el desarrollo de un partido. En fin los árbitros son aquellos atrevidos que pretenden ser hombres en un juego de dioses:

“El fútbol se inventó para que Aquiles anotara los goles y Héctor decidiera si son válidos. […] Veintidós futbolistas juegan a ser dioses y tres jueces juegan a ser hombres”.
Villoro, Juan. Balón Dividido. 2014.

Deivid Montiel


[1] Para ejemplo, recordemos el caso “Chiquimarco”. Todos lo recordaremos más por su acción de sacar dos tarjetas amarillas a la vez y su línea de gel, que por sus 3 copas mundiales en las que pitó 6 juegos en total.

martes, 29 de julio de 2014

¡Me falta el pinche título!

Adquirí un coche para tener mayor comodidad y movilidad en la vieja ciudad de hierro. Seré sincero, la emoción y adrenalina de conducir a alta velocidad (dentro de lo legal) son increíbles, sin mencionar la comodidad y el ahorro de tiempo en el traslado; sin embargo, el contacto humano que es característico de viajar en transporte público se extraña. Así es, se extraña y bastante.

Aunque se niegue y se diga lo contrario, el ir a “la chamba” a diario es una rutina insoportable y tediosa. Eso sí, no hasta que se llega al transporte público, porque ahí uno atraviesa un umbral donde los sucesos y personajes más extraños son posibles.

Primero lo primero, escuchas la alarma que has activado una noche antes. Seguro es la de tu móvil, con ese tono motivador que se escucha al ritmo de "Eye of the tiger", interpretada por Suvivor, "Don't stop me now" de Queen, "Smells like teens spirit" de Nirvana o "El sonidito" de la entrañable banda de tierras nayaritas Hechiceros Band. Después de 3 o 4 “posponer alarma”, te levantas con mucho ánimo (porque se te hace tarde).En el transcurso de tu cama al baño te has desnudado, has lavado tus dientes y sobre todas las cosas has eliminado todo estrés con la respectiva “rascadita” matutina de tus DOS órganos glandulares coproductores de espermatozoides y hormonas; entonces mojas, orinas, enjabonas, mohicana, enjuagas, rasuras, gárgaras, mojas y listo, has salido del baño.[1]

El momento de vestir depende de cada individuo y está adaptado según la ocasión y necesidad, pero en resumidas cuentas se traduce en vestir ropa limpia (o que huela a limpio), que no te ajuste y que vaya con el lugar al que te diriges, sería algo así como: Seca, calcetines, calzoncillos, desodorante, crema humectante, baile en el espejo, cabello, gel (o cera), pantalones, camisa, baile o muecas en el espejo, complementos, zapatos, llaves, cartera, teléfono móvil  y “ya me voy”.

Es entonces cuando todo empieza a tornarse “cómico, mágico, musical”. Te diriges hacía “la parada” del transporte, esperas que el amable operador con la unidad[2] que te trasladará a tu destino llegue. De pronto, a lo lejos observas un nubarrón de polvo: es la unidad de la ruta “sepancuántos” que se aproxima a toda velocidad. La fila ya es larga (¿hay filas cortas?), delante de ti, a 5 o 6 individuos, está la niña más linda de tu “barrio”, acicalada y oliendo a dulce, preciosa, con la naricita perfecta y los ojos cristalinos; voltea y te observa invitándote a que te sientes al lado de ella. Es una pena que detrás de esa diosa se encuentre doña Toñita con sus 3 hijos de 3, 2 y 1 un año de edad y que desde el momento de tu llegada no paran de llorar, gritar y hacer ruidos. Tras de ella el señor David, furioso por que Jimenita la noche anterior no lo dejó dormir y trae tremenda desvelada, ha mentado madres en por lo menos 8 ocasiones; inmediatamente el gusano alienígena obeso nacido en Nal Hutta: Jabba “de Hutt” Desilijic Tiure, bueno en realidad no es él, pero las proporciones inmensas del tendero de la cuadra hace que Jabba de Hutt parezca pequeño; Doña Irene y su marido Clemente, la pareja modelo por sus 45 años y contando de dulce matrimonio, claro, si no fuera por sus discusiones que siempre terminan en gritos halagadores no habría problema de viajar con los dulces viejecitos, y claro tú, que tienes el tiempo encima y atrás de ti por lo menos otras 7 o 9 personas que se convertirán en personajes que harán de tu viaje inolvidable.

Pero si les ha gustado nos podremos leer cuando tenga más tiempo de escribir. No es fácil ser un Godínez alfa lomo plateado; además, debo de formarme antes de las 6:00 pm porque se me puede hacer tarde para llegar a casa


[1] Nótese que hago una descripción del caso masculino, ya en futuras entregas mi amigo el Conde nos explicará el caso femenino
[2] Entiéndase por UNIDAD a cualquier colectivo, pesero, microbús, trolebús, camión, chimeco, combi, vagoneta y un extenso etcétera.

domingo, 27 de julio de 2014

Disertaciones sobre la identidad patria

Ya acabó -a Dios, gracias- la fiebre mundialista que tantas emociones exalta en el individuo y a naciones enteras deja brutalmente deprimidas. El fin del Mundial es comparable con el fin del Mundo mismo o, al menos, con el fin de una guerra de proporciones catastróficas.

Detrás de la deidad esférica no sólo ritualizan los "once de la tribu", también está de por medio el orgullo patrio, que viene a ser una maquinación política que se impronta en la somnolencia cultural de los pueblos. Todo es lo que parece: mientras los mexicanos seguimos siendo "a toda madre", los alemanes aniquilan sin piedad al enemigo, los argentinos dependen del caudillo (Messi), los colombianos del capo (James) y los argelinos se reclinan hacia la Meca luego de marcar un tanto. Reconviniendo e invirtiendo el apotegma del general prusiano, convendría decir que "el futbol es la continuación de la guerra por otros medios".

Pero la afirmación patria no es exclusiva de las naciones en conflicto (las que juegan al futbol), también trastoca a los que no están en el certamen: me impresiona la cronométrica exactitud con que los alemanes fusilaban 7 por 1 a los brasileños y los israelíes goleaban a los palestinos en Gaza con un finísimo juego aéreo.

La afrenta -en la cancha- la ganó Alemania, no sin antes pasar sobre históricos rivales: Argentina (recuérdense las luchas de 1986 y 1990), Francia (rememórense las disputas por Alsalcia y Lorena o las batallas del Marne), y Argelia (vengando la humillación del Mundial de 1982).

Por lo demás, hay más. Mientras la 'káiser' Merkel veía el juego final en el Maracaná, su homóloga la 'ché' Kirchner conversaba plácidamente con el 'zar-camarada' Putin, quien a su vez declararía unos días después (quizá aún con la resaca futbolera) que ya no es sostenible un mundo "unipolar", que el equipo de los BRICS tal vez buscaría nuevos fichajes en el mercado de invierno.

Mientras aviones caen en Ucrania, aves de pólvora se siguen alzando en el Medio Oriente. Y así, las golondrinas de Brasil 2014 emigrarán a Rusia, cuando ésta vuelva a ser el imperio del mundo -futbolístico, claro está- en 2018. 

LICANTROPÍA: Mañana 28 de julio se cumplen 100 años del inicio la “Gran Guerra”. El balón sigue rodando.

Rubén Torres.

sábado, 26 de julio de 2014

No soy un villamelón

Nací con una rara enfermedad cardiaca llamada “corazón de condominio”; crónica, incurable. Ya lo dijo un poeta gusaveño cuya vida tuvo un trágico final (23 balazos, dicen): Soy así, así nací y así me moriré. Donde la sociedad y la medicina juzgan que sólo se debe amar una cosa del mismo tipo, mi padecimiento me permite amar varias a la vez, aunque nunca de la misma forma ni por las mismas razones.

Pero ojo, que aunque no gozo de aquello que algunos locos llaman una “reputación que guardar”, tampoco quiero que se me tilde de un ser frío e insensible en el aspecto sentimental, menos un mal amante (nunca mejor utilizada esta palabra) Mi enfermedad sólo aplica a las cosas, no a las personas, aunque probablemente no más de una quiera dar fe de ello.

Por tal motivo, me he visto enfrascado en diversas situaciones durante mi vida que me ha significado complicaciones grosas. Por ejemplo, soy incapaz de elegir una canción favorita. ¿Por qué limitarme a una cuando mi corazón vibra y mi alma se enciende con la misma intensidad con aquella canción que me recuerda al primer amor (http://youtu.be/Nm4YlZ3oYsQ), con esa otra que no paro de bailar (http://youtu.be/HPJ51eANEYc) y con aquella otra que significa un himno para todos los que escribimos en este Blog (http://youtu.be/Pl7_bOX5Yu8)?... ¡todas ellas me encantan! Cada una ha dejado una huella en mi corazón. Pero hay quien me ha llamado incongruente.

No obstante, el mayor reto que he atravesado a raíz de mi enfermedad comenzó hace una semana con el inicio de la Liga Mx. Y es que amigos, familiares, conocidos y sobre todo aquellos que hasta lo que no se comen les hace daño, han tenido a mal referirse hacia mí con el adjetivo “villamelón”. Porque, si me lo preguntan, debo reconocer que apoyo a 4 equipos de la Liga mexicana. No sé si eso está mal, sólo sé que para mí es completamente normal.

No se trata de la inocencia del infante de apoyar al “equipo que gane”. Le voy a las Chivas porque desde muy pequeño me fueron tatuados sus colores (metafóricamente hablando); la tradición familiar se había apoderado de mí. Mis ojos desérticos sólo me han permitido llorar unas cuantas veces en la vida, pero algunas de ellas han sido después de gozar o sufrir triunfos y derrotas de mis Chivas. Aficionado al sufrimiento y aún al borde del descenso, sigo religiosamente el ritual que me pone cada fin de semana al frente del televisor para ver cómo una vez más me decepcionan. 

Después, cuando a los quince años entré a la Prepa 9 (UNAM), y noté que mis compañeros dejaban a sus equipos por una mutación que pintó su corazón azul y su piel dorada, los juzgué y los señalé (aún no me habían detectado el corazón de condominio), pues me parecía una situación inadmisible. Sin embargo, todo cambió en el sexto semestre  de la carrera de Ciencias Políticas, con la final del torneo clausura 2011 entre Pumas y Monarcas. No fue el hecho de que ganaran el campeonato, sino que uno de los fines de semana más legendarios de mi vida comenzó con el partido de ida tomando una bebida espirituosa llamada “preparadito”, seguido de un concierto en las Islas de C.U. (¿Bob Dylan?, ¿Fernando Delgadillo?... ya no lo recuerdo bien), pasando por una fiesta hipster que armonizamos (a pesar de la resistencia de la festejada) con música de Los Del Río (http://youtu.be/anzzNp8HlVQ), y terminando con el partido de vuelta, abrazados y entonando cánticos con La Rebel en el estacionamiento del Olímpico Universitario. No pudo haber sido mejor.

El León, por otro lado, es un equipo de culto  que vivió muchos años relegado en el infierno de la segunda división, donde empecé a ver sus partidos por cable. Un juego bonito y ofensivo en todo momento que me enganchó a pesar de quedarse siempre en el “ya merito” cuando de ascender se trataba. Mi afición se incrementó cuando recordé que mi abuela es de Guanajuato y encontré en ello una conexión genealógica en la cual fundamentar ese cariño por el club (por cierto, también descubrí que soy bueno haciendo falsos silogismos, pero esa es otra historia). Después vino el ascenso y el bicampeonato. Las alegrías son tan efímeras que hay que aprovecharlas cuando se tienen entre las manos.

Mi idilio con los equipos de la Liga Mx termina con el ascenso de los Leones Negros a la primera división. No soy de Guadalajara y tampoco estudié en la UdG, pero cómo no apoyar al equipo con la playera más bonita que ha visto este deporte. Ahí radica mi afición por el equipo, no necesito más motivos.

Y sin embargo, a pesar de expresar mis razones por las que soy aficionado a esos equipos, a diario soy víctima del señalamiento público a causa de una moral anticuada, porque hoy en día todavía es mal visto "tener más de un equipo". A veces, tengo la impresión de que soy de los pocos románticos que creen que el futbol, como el amor, también acepta corazones de  condominio.

Christian López.

jueves, 24 de julio de 2014

El Caballero de la Noche

De acuerdo con la reseña de los diarios, el día de ayer se festejó el 75° aniversario de Batman. Tomando como pretexto la ocasión, aprovecharé para hablar respecto a la historieta y las múltiples interpretaciones y lecturas que en torno a ella puede hacerse.

Previo a inmiscuirme en el complejo universo de Ciudad Gótica, debo aclarar que desde ningún punto de vista me considero un experto en el tema, y lo que es más, ni siquiera puedo nombrarme como una gran fan de los cómics, especialmente aquellos enfocados concretamente a superhéroes con superpoderes. Mi entusiasmo hacia Batman deriva de dos vertientes. La primera es haber leído con máxima tensión algunas de las novelas gráficas definitivas de las cual es protagonista: la de Frank Miller, Alan Moore o Grant Morrison. La segunda fuente es, desde luego, las películas. En sentido estricto, Batman y yo nacimos juntos (me refiero claro a su versión cinematográfica) y juntos hemos crecido. Conocí al Batman de Burton rodeado por la peculiar atmósfera del director (que por lo demás a mí nunca me ha parecido especialmente atractiva); llegaron después las versiones de los 90, caracterizadas por una teatralidad exagerada, tendiente más a la mofa, a la usanza de la serie de los años sesenta protagonizada por Adam West. Y cuando todos los seguidores de Batman palidecíamos, Nolan lo rescató y le brindó todas esas características que hacen del murciélago justiciero un personaje tan peculiar. 

La valía de Batman es el juego psicológico que tras de él se esconde. No es un hombre con ninguna cualidad extraordinaria, por lo que su única herramienta de combate es su inteligencia (además de algunos varios milloncitos). Esta peculiaridad da pauta a la existencia de lo que, a mi consideración, es la características más relevante de la historieta: un mosaico de villanos bien diferenciados, con cualidades, características y amenazas distintas, pero siempre vinculados por algún tipo de inestabilidad psicológica. Es por ello que todos los archienemigos no van a dar a la cárcel, sino son recluidos en el manicomio de Arkham.

Encabezando esta lista se encuentra, sin lugar a dudas, el Guasón (no soy partidario de los anglicismos pero me gusta más en su nombre original: The Joker). La contraparte del murciélago, un verdadero genio del caos y la destrucción. El personaje antagónico mejor construido de los comics. Qué mejor forma de hacer estallar el mundo que con una sonrisa en la cara.

El juego psicológico no termina con la -aparente- demencia del Joker, el Espantapájaros era un doctor del manicomio de Arkham, que termina empleando sus conocimientos para sembrar el pánico. Su habilidad es entonces valerse de la bioquímica para producir el sentimiento más desconcertante en el corazón humano: el miedo.

Pero la vasta trama de Batman da para la existencia de villanos de otro perfil. Así nos podemos encontrar con Ra's al Ghul. Su confrontación que el justiciero de Gótica pasa más bien por su divergencia política; el ideario de Ra’s es simplemente incomprensible para Batman, de ahí su oposición. Adicionalmente Batman es un héroe profundamente atormentado por su pasado, débil, vulnerable y muchas veces invadido por conmociones de culpa y de reclamo. Ello queda claramente plasmado en Harvey Dent (Dos Caras) y el sentimiento encontrado que en el murciélago produce: vio en él un aliado y un cómplice, su trasformación y posterior vuelco criminal causan en Batman hondos remordimientos (a raíz del papel que el propio héroe jugó en el accidente de Harvey).

Y el último villano que quedaría por referir es tal vez el propio Batman. La versión presentada por Nolan, pero especialmente en la obra de Miller, nos muestran un personaje obsesionado por la justicia (por su justicia), agresivo, violento y no muy interesado por los medios de los cuales tenga que valerse para lograr sus fines. No debe olvidarse que el génesis de Batman se debe tan sólo al sentimiento de venganza que impera en Bruno Díaz (prefiero también su versión original, Bruce Wayne). Batman es tan sólo otro villano que se vale de una moralidad superflua para defender su discurso.

Queda sólo por agregar que ojalá lleguen muchos cumpleaños más para Batman y siga encontrado esa inexplicable forma de reinventarse año tras año. Termino esta colaboración con el profundo anhelo que la película que está por llegar del caballero de la noche (protagonizada por Ben Affleck) no lo vaya a convertir en un personaje romántico y soñador. Nos gusta la versión oscura de Batman, nos gusta saber de sus debilidades, nos gusta ver como custodia Ciudad Gótica cual si fuera una gárgola, nos gusta su versión humana, corrupta, luchando tan sólo por hacer lo que él piensa que es lo correcto.

Sergio Ortega.

miércoles, 23 de julio de 2014

#XXdelRE

Hace algunos días se conmemoró el décimo segundo aniversario del segundo álbum de estudio de una gran, que digo gran, grandísima banda mexicana: CAFÉ TACVBA. Dicho álbum ganó disco de oro en México por más de 40,000 copias vendidas, simple y sencillamente el mejor disco de la banda y de los más importantes para la música en México. A continuación, me atreveré a rendir un homenaje a algunas de esas 20 canciones que lo conforman, narrando parte de la historia (no verídica) de la vida de un joven chorchero durante su infancia-adolescencia.

A mis 10 años (6 años después del lanzamiento del RE) y después de escuchar completitas sus 20 canciones, tengo que confesar que algún tiempo me dejó inmóvil, sólo me quedó el zumbido de la música. Lo escuchaba en mi cabeza en alguna lengua extraña, me hablaba pero entendí; juro que no había tomado (aún no estaba en edad), así es que por primera vez me declaré un ferviente seguidor de CAFÉ TACVBA y desde entonces he estado dispuesto a darle duro al taconazo.

Después vinieron tiempos distintos, esos de chamacos pubertos que quieren a morir a su primer amor, y recuerdan su primer beso de manera mítica y siempre que se relata nos ponemos melancólicos y decimos: “sí, aún lo recuerdo, nos besamos bailando en medio del lugar, la música ya iba llegando al último compás, y en ese momento todo fue miradas en silencio”. De ahí que por varios años, la vida sólo significara un gran baile y para nosotros el mundo era un salón. Después de ese mundo color de rosa, vinieron tiempos difíciles para ese primer amor, aún recuerdo que un integrante de “La Triple Alianza” (Conformada por el Tlatoani del Barrio, el que era de la Lagunilla y el Señor de la Guerrero) pretendía lo mismo que yo, y ese primer amor se fue sin dudarlo, por la popularidad de “La Triple Alianza”, o porque el muchachito era más guapo, nunca lo supe. Pero fui optimista y todo cambio trae cosas buenas. Meses después (aproximadamente tres meses) cuando regresó el primer amor, obtuvo como respuesta un rotundo NO, ¿Por qué? -me preguntó-, le dije que sus lágrimas eran falsas y que no me dijera que sin mí se estaba muriendo, además de explicarle que esa misma noche me encontré un amor, mi segundo amor (el cual fue muy efímero, pues duró sólo un mes). Total que antes de que regresara el primer amor, el segundo ya se había ido. Espero que esos dos amores no hayan podido borrar los recuerdos de esos días y las noches tan obscuras que pasamos. 

A esos tiempos, los suplieron unos sumamente turbios y complicados, tiempos de viajes en el metro donde se comía pastillas, paletones, chocolates, chicles y salvavidas. Llegue a tener seis juegos de agujas, ocho cuters y encendedores (me sobraban), hasta la fecha al intentar salir del metro siempre hay alguien que empuja para adentro. 

En esos tiempos, las preguntas frecuentes eran ¿acaso Dios nunca muere?, ¿a qué dios te refieres?, ¿qué pasó con dios? También recuerdo que en esa época en las tocadas la neta era el “slam”, pero en mi casa sí le metía al tropical (con todo y mis dos pies izquierdos). De igual forma, me gustaba la Maldita, me gustaba la Lupita, pero escuchaba a los Magneto cuando estaba mi noviecita; recuerdo amargamente que solía pintar bardas y después ir a lavarlas, ¡vaya contradicción!

En esa época mis reflexiones eran en el ser humano como un puente entre el salvajismo y el modernismo, en el amigo Salvador como el ingeniero, el Salvador de la humanidad; pero nunca nos acordábamos de que la nuestra es una civilización muy avanzada, como dice la gente. Al final sólo nos quedamos en casa a teorizar, a esa edad no puedes ayudar y era mejor no estorbar. El fin de todas esa teorizaciones marcó en mí el Fin de la Infancia, y decidí que no me iba a matar por convicciones ajenas, y si acaso alguien murió, eso confirma la regla de que todas esas tendencias nunca nos llevan a nada y decidí  mandarlas a su casa.

¿Por qué mandarlas para su casa? Simple, porque la vida siempre gira y da vueltas y rueda girando gira y da vueltas y rueda y rueda… Aún intento hacerla un cuadrado y deformarla en un triángulo, pero la vida siempre vuelve a su forma circular.

Deivid Montiel.

martes, 22 de julio de 2014

Recomendación culinaria

Después de una semana de haber retomado el blog, el saldo resulta favorable. La aceptación de nuestro público es excelente, todos los días recibimos correos de felicitación y agradecimiento. En este nuevo ciclo faltan de presentarse dos escritores, quizás nuestras mejores plumas, que por razones de agenda no han podido elaborar sus entradas, manténganse al pendiente para leer a estos maravillosos literatos.

Por otro lado he decidido no centrar mi colaboración en tacos, tampoco en las sociedad competitiva y mucho menos en fútbol, esta vez he decido cambiar el giro de este blog para realizar una recomendación culinaria.

El lugar al que me referiré sale de la frivolidad de la zona condesa, no intenta competir con los lujosos y afamados lugares de Polanco y Polanquito.... es, en lo personal, una válvula de escape a estos lugares, las cuentas no son exorbitantes y la atención es buena, en general se ha convertido en un templo del buen comer, me refiero al comedor Godinez.

El comedor Godinez es quizás el lugar más reconfortante en la bulliciosa ciudad de México, la comida no pierde ese sabor de mamá, el servicio es inmejorable (ya que uno mismo lo realiza) y nunca habrá problema de comida fría (adivinaron... uno también la calienta). En fin, los comedores Godinez han sido todo un éxito al grado que han incrementado sus franquicias en la mayoría de las oficinas y han logrado posicionarse en el gusto del oficinista promedio.

Algunas recomendaciones para comer en este lugar es siempre llevar cubiertos propios, es común que muchos comensales decidan utilizar los cubiertos comunes y en muchos casos el nivel de limpieza no es el óptimo, nada que diste de la realidad de un puesto callejero.

Sabiendo que el menú depende de cada comensal, en muchas ocasiones habrá olores un poco penetrantes que puedan obstaculizar la degustación adecuada de los alimentos, ya que algunos creen que comer productos del mar en el comedor Godinez los hace estar más cerca de sus raíces costeñas.

Sobre la carta de vinos no tengo ninguna opinión, se puede optar por un vino joven (Boing de uva) o algo más parecido a un Lambrusco (Señorial-Sangría); sin embargo, para los que no quieran tener problemas con el maridaje les recomiendo una soda simple.

No recomiendo mucho ir los viernes, ese día permanece cerrado por razones de limpieza. Sobre las propinas, no son necesarias. Algunos comedores Godinez ya cuenta con áreas de televisión que permiten al comensal enterarse de las últimas novedades del star system mexicano de la boca de Paty Chapoy o Alexs Kaffie, un verdadero entretenimiento.

En fin, el comedor Godinez no le pide nada a ningún restaurante de las mejores zonas de la ciudad, ofrece lo mejor al mejor precio. Si usted no tiene problemas con la afamada marca de tupperware, sin duda es el lugar perfecto. 

Espero que la recomendación de hoy esté a la altura de sus exigencias y no olvide leerme para la siguiente semana en la cual sin duda tendremos más lugares para visitar.

Y no olviden: si lo puedes soñar lo puedes tener.

lunes, 21 de julio de 2014

Diálogos de un Conde II

Hace ya dos años dejé de escribir en este espacio, la decisión no fue un asunto sencillo, pero en aquellos momentos era insostenible la continuidad de esta columna. En 2012 "Diálogos de un Conde" se posicionó como la columna más leída del Blog Borbotón, no es una casualidad, pues era el espacio más plural e interesante. Esperemos este año siga teniendo la misma aceptación. 

Hoy antes de iniciar formalmente con mi primera entrega quiero hacer un breve recuento de lo que ha pasado en México, el mundo y el Condado desde aquella última vez que interactuamos: uno de los sucesos más importantes que vivió el mundo allá en el lejano 2012 fue la reelección presidencial de Barack Obama, el primer presidente negro en la historia de nuestro vecino del norte y esperemos no el último; la primavera árabe, como se tuvo a bien nombrar al movimiento político-social que se dio en algunos países de esa región, dio uno de sus golpes más importantes al encarcelar al ex presidente egipcio Hosnick Mubarak; la selección mexicana de futbol ganó la medalla de oro en los juegos olímpicos de 2012, enloqueciendo a todo un país; en marzo de 2013 murió el hombre que se atrevió a enfrentar al capitalismo, me refiero al comandante del pueblo bolivariano, Hugo Chávez; por esas fechas también es elegido un nuevo jerarca de la iglesia católica, el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, hoy conocido como Papa Francisco o panchito como le dicen las señoras del condado; hablando de otro argentino, Lionel Messi gana por cuarta ocasión en su vida el balón de oro, dejando perplejo a Cristiano Ronaldo; también  murió la bien llamada “Dama de Hierro” Margaret Thatcher a los 87 años de edad, dejando por descubierto, que mala hierba sí muere; en el condado casi todo sigue igual, excepto porque tuve que despedir a mí valiosa asistente Sushi, al encontrarle en amoríos con un poblano, cosa que aquí no se permite –y usted lector tampoco debería permitir- pues esos tipos tienen malas mañas, y si no me creen miren a Moreno Valle. ¡No moreno! 

Bien, pasando a temas más interesantes, hoy hablaré sobre uno de los alimentos más importantes en la dieta de todo mexicano, y no señora, no amigo, no vecina, no compadre, no muchacha del escote prolongado; no me refiero a la hamburguesa de Mc Donalds, ni a los hot dogs del OXXO, mucho menos a las papas a la francesa. Me refiero como alguno de ustedes ya lo han intuido a los TACOS. 

Los TACOS son el alimento más importante de nuestra gastronomía, y miren que acá en México somos buenos para el “diente”. El TACO por su sencillez y buen gusto está presente en todos lados, desde el castillo del condado, hasta la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, pasando por el metro Indios Verdes, la colonia Roma e incluso Coyoacán. 

El taco tiene una fisionomía muy sencilla y no le tiene miedo a la diversidad, bien se puede hacer con tortilla güera, morena o trigueña. Su exquisitez radica en que se le puede combinar con todo, desde los que se acompañan con salsa valentina y sal, hasta los que llevan en su ser, suadero, bisteck o longaniza. 

En México existe una diversidad enorme de tacos, están por ejemplo: los famosos tacos al pastor, hechos de rica carne de cerdo y piña; o los tacos de barbacoa que bien se puede acompañar con un rico consomé; los tacos de carnitas; los tacos de tripa; los infaltables tacos de suadero; los tacos de canasta; los tacos de birria; los tacos de chetos (no es albur); los tacos de bisteck con queso... en fin, en México casi todo lo que usted guste y mande se puede hacer taco.  

El taco es entonces el alimento más democrático que tenemos. Por ejemplo, no necesitamos vivir en San Ángel para degustar un buen taco de suadero. Sin embargo, sí nos ha de salir mucho más barato un taco afuera del metro Hidalgo que un taco preparado en los restaurantes “fiforufos” de Polanco. 

Y es aquí donde entra un elemento fundamental en el ser del taco: el taquero. No hay taco que se prepare solo. En la mayoría de los casos, los tacos comerciales, esos que se venden en la esquina de su casa, en el mercado o afuera del metro,  tienen como artesano a un ser humano del sexo masculino. Estos hombres, casi nunca son llamados por su nombre de pila, la mayoría de ellos son llamados por su nombre chorchero: el güero, el primo, el colibrí, entre otros, que por lo general estos motes también le dan el nombre al establecimiento. 

El taquero es el oficio más amado de México y no tendría por qué ser distinto, pues el taquero provee con amor los tacos a todo a que el que lo solicite, ya sea que alguien este embarazada y tenga un antojo, que este borracho y quiera darse el bajón, que este crudo y quiera curársela, o que ande ligando y quiera impresionar a una chica, el taquero siempre está ahí para proveer un buen taco. Por ello esta columna también pretende ser un sencillo reconocimiento al Sr. Taquero (en otra ocasión hablaremos del  “taquero” como albur, pero esa es otra historia). 

El taco y el Sr. Taquero son uno mismo, se complementan, se unifican, son más “compactos” que la Unión Europea, más románticos que dos adolescentes calenturientos. Pero todo buen taco, y toda buena taquería no puede estar completa sin  una buena bebida. Y sí señores, lo que hacía falta para completar la mejor cena después de cobrar la quincena, una coca bien fría. 

La coca es la bebida tradicional con la que se suele acompañar esta delicia. Se puede encontrar en diversas presentaciones, la de dos litros, la 600 ml. en botella de vidrio (que es la más sabrosa) y la que hoy está de moda, la coca de lata. Se preguntarán ¿qué tiene de peculiar la coca de lata? Simple. A uno de esos mercadologos (que siempre nos quitan la chamba) se le ocurrió poner el nombre de las personas en las latas, lo que hoy ha causado una fiebre a nivel mundial por encontrar su nombre impreso en una lata de aluminio, no importa si te llamas Pancracio o Ramiro, igual la puedes buscar. ¿Absurdo? Puede ser, pero ya quisiéramos que nuestro blog fuera igual de concurrido que la tienda de la esquina para comprar su lata. Y hablando de latas, me voy a dar lata a otro lado. 

Disfruten siempre sus tacos y si encuentran la lata con mi nombre déjenla ahí, no me la regalen. Nos saludamos la siguiente semana. 

Count. Alejandro Hernández