jueves, 24 de julio de 2014

El Caballero de la Noche

De acuerdo con la reseña de los diarios, el día de ayer se festejó el 75° aniversario de Batman. Tomando como pretexto la ocasión, aprovecharé para hablar respecto a la historieta y las múltiples interpretaciones y lecturas que en torno a ella puede hacerse.

Previo a inmiscuirme en el complejo universo de Ciudad Gótica, debo aclarar que desde ningún punto de vista me considero un experto en el tema, y lo que es más, ni siquiera puedo nombrarme como una gran fan de los cómics, especialmente aquellos enfocados concretamente a superhéroes con superpoderes. Mi entusiasmo hacia Batman deriva de dos vertientes. La primera es haber leído con máxima tensión algunas de las novelas gráficas definitivas de las cual es protagonista: la de Frank Miller, Alan Moore o Grant Morrison. La segunda fuente es, desde luego, las películas. En sentido estricto, Batman y yo nacimos juntos (me refiero claro a su versión cinematográfica) y juntos hemos crecido. Conocí al Batman de Burton rodeado por la peculiar atmósfera del director (que por lo demás a mí nunca me ha parecido especialmente atractiva); llegaron después las versiones de los 90, caracterizadas por una teatralidad exagerada, tendiente más a la mofa, a la usanza de la serie de los años sesenta protagonizada por Adam West. Y cuando todos los seguidores de Batman palidecíamos, Nolan lo rescató y le brindó todas esas características que hacen del murciélago justiciero un personaje tan peculiar. 

La valía de Batman es el juego psicológico que tras de él se esconde. No es un hombre con ninguna cualidad extraordinaria, por lo que su única herramienta de combate es su inteligencia (además de algunos varios milloncitos). Esta peculiaridad da pauta a la existencia de lo que, a mi consideración, es la características más relevante de la historieta: un mosaico de villanos bien diferenciados, con cualidades, características y amenazas distintas, pero siempre vinculados por algún tipo de inestabilidad psicológica. Es por ello que todos los archienemigos no van a dar a la cárcel, sino son recluidos en el manicomio de Arkham.

Encabezando esta lista se encuentra, sin lugar a dudas, el Guasón (no soy partidario de los anglicismos pero me gusta más en su nombre original: The Joker). La contraparte del murciélago, un verdadero genio del caos y la destrucción. El personaje antagónico mejor construido de los comics. Qué mejor forma de hacer estallar el mundo que con una sonrisa en la cara.

El juego psicológico no termina con la -aparente- demencia del Joker, el Espantapájaros era un doctor del manicomio de Arkham, que termina empleando sus conocimientos para sembrar el pánico. Su habilidad es entonces valerse de la bioquímica para producir el sentimiento más desconcertante en el corazón humano: el miedo.

Pero la vasta trama de Batman da para la existencia de villanos de otro perfil. Así nos podemos encontrar con Ra's al Ghul. Su confrontación que el justiciero de Gótica pasa más bien por su divergencia política; el ideario de Ra’s es simplemente incomprensible para Batman, de ahí su oposición. Adicionalmente Batman es un héroe profundamente atormentado por su pasado, débil, vulnerable y muchas veces invadido por conmociones de culpa y de reclamo. Ello queda claramente plasmado en Harvey Dent (Dos Caras) y el sentimiento encontrado que en el murciélago produce: vio en él un aliado y un cómplice, su trasformación y posterior vuelco criminal causan en Batman hondos remordimientos (a raíz del papel que el propio héroe jugó en el accidente de Harvey).

Y el último villano que quedaría por referir es tal vez el propio Batman. La versión presentada por Nolan, pero especialmente en la obra de Miller, nos muestran un personaje obsesionado por la justicia (por su justicia), agresivo, violento y no muy interesado por los medios de los cuales tenga que valerse para lograr sus fines. No debe olvidarse que el génesis de Batman se debe tan sólo al sentimiento de venganza que impera en Bruno Díaz (prefiero también su versión original, Bruce Wayne). Batman es tan sólo otro villano que se vale de una moralidad superflua para defender su discurso.

Queda sólo por agregar que ojalá lleguen muchos cumpleaños más para Batman y siga encontrado esa inexplicable forma de reinventarse año tras año. Termino esta colaboración con el profundo anhelo que la película que está por llegar del caballero de la noche (protagonizada por Ben Affleck) no lo vaya a convertir en un personaje romántico y soñador. Nos gusta la versión oscura de Batman, nos gusta saber de sus debilidades, nos gusta ver como custodia Ciudad Gótica cual si fuera una gárgola, nos gusta su versión humana, corrupta, luchando tan sólo por hacer lo que él piensa que es lo correcto.

Sergio Ortega.

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